La diabetes es una enfermedad crónica, silenciosa e irreversible, que provoca la producción excesiva de azúcar en la sangre y en la orina.
Este padecimiento es causado por una disminución o total ausencia de insulina, la hormona producida por el páncreas que se encarga de regular la cantidad de glucosa de la sangre.
En México, la diabetes es una de las principales causas de muerte y se estima que la mitad de las personas que la padecen, no lo saben; esto complica todo porque de no tratarse adecuadamente, puede traer varias complicaciones como problemas cardiacos, renales, de la vista, circulatorios, alguna discapacidad permanente y en el peor de los casos, muerte prematura.
Hay tres formas principales de diabetes: tipo 1, tipo 2 y gestacional. La diabetes tipo 2 es la más común y representa de 85 a 90 por ciento de los casos. Se relaciona con factores de riesgo modificables, como la obesidad, peso excesivo, falta de actividad física y alimentación de muy alto contenido calórico y poco valor nutritivo.
Una persona diabética puede vivir feliz y saludable, comprometiéndose consigo misma y adoptando un mejor estilo de vida. Cómo es esto, procurando una alimentación saludable, controlando el nivel de azúcar, tomando los medicamentos prescritos por su médico, diciendo no al cigarro, moderando el consumo de alcohol y controlando el estrés.
La diabetes aumenta las probabilidades de contraer infecciones en las encías por lo que hay que mantener los dientes muy limpios y bajo vigilancia médica; lo mismo ocurre con los pies, los altos niveles de azúcar en la sangre pueden disminuir el flujo sanguíneo dañando los nervios, si no se tratan, las ampollas pueden derivar en infecciones muy graves.
Hombres y mujeres diabéticos tienen mayor riesgo de padecer problemas de la piel, esto por el mal funcionamiento de las células de defensa, que reducen la capacidad para responder al ataque de hongos y bacterias.
Para contrarrestar este problema se recomienda secarse muy bien los pliegues del cuerpo después de bañarse para evitar la humedad y posibles infecciones. No rascarse las costras, extremar los cuidados al cortar las uñas y usar zapatos cómodos para prevenir lesiones que pueden convertirse en úlceras con consecuencias muy serias.
El uso de cremas es muy importante, pues independientemente de todas las complicaciones que puede traer el descuido, la piel se deshidrata, pierde suavidad y en muchos casos, sensibilidad.
Para contrarrestar este malestar, hay cremas especiales para diabéticos que ayudan a mantener la piel en condiciones saludables.
Es recomendable que la crema no tenga aroma o perfume, porque puede aumentar la resequedad, no debe contener retinol o antibióticos, componentes que deshidratan la piel y pueden irritarla, lo que retarda la recuperación de distintas lesiones.
Utilizar una crema natural para piel sensible, deshidratada o con alergias, altamente recomendada para pacientes diabéticos.