¿Dolor abdominal, diarrea, cansancio y sangre en las heces?
Podrías padecer alguna enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una enfermedad de tipo autoinmune, quiere decir que el sistema inmunológico del cuerpo ataca a las células sanas que se manifiesta con úlceras, fístulas, estrecheces y abscesos de diferente profundidad y extensión en el tubo digestivo.
Dolor abdominal, diarrea, cansancio y sangre en nuestros desechos intestinales, son algunos de los síntomas a los que hay que prestar atención.
La EII es una enfermedad crónica que no tiene cura, pero que puede atenderse con tratamiento o cirugía. No es una enfermedad contagiosa ni mortal, si se trata adecuadamente.
Hay dos tipos de enfermedad inflamatoria intestinal: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Estas enfermedades tienen muchas cosas en común, pero también tienen diferencias importantes.
La enfermedad de Crohn puede afectar cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano. La inflamación propia de esta enfermedad lesiona toda la pared intestinal.
La colitis ulcerosa ocurre solo en el intestino grueso o colon. Provoca úlceras que afectan al recubrimiento interno del colon.
Una nota periodística del Diario de León, en España, recoge la historia de Patricia García, tenía 17 años cuando sufrió el primer brote de una colitis ulcerosa. Hace 15 años pensaron que se trataba de gastroenteritis, el diagnóstico de este padecimiento, en ese entonces, era más complicado.
Patricia ha pasado casi la mitad de su vida lidiando con las distintas fases de la enfermedad, desde las físicas hasta las psicológicas. Es difícil comprender por qué nos suceden algunas cosas, máxime cuando estamos iniciando nuestra vida.
Gran parte de sus años de adolescencia y juventud los vivió hospitalizada, los distintos tratamientos no lograban controlar el malestar. Entraba y salía del hospital al mismo tiempo que terminaba el Bachillerato y comenzaba sus estudios profesionales. Fueron años muy difíciles que llegaron a su fin el día que decidieron operarla.
“Me cortaron un trozo del intestino grueso y estoy ostomizada. La bolsa me devolvió la vida. Estaba sobreviviendo con doble dosis de medicación y aunque se trata de una cirugía importante, una vez que te recuperas ves la luz”, detalla.
Hoy, Patricia pertenece a la Asociación de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (Accu León), en donde se dedica a apoyar a otros pacientes compartiendo su testimonio y a divulgar información sobre este tipo de padecimientos para que la gente los conozca, ya que son enfermedades que no se ven y hay mucho desconocimiento al respecto.
Es importante mencionar que no todas las personas tienen que ser ostomizadas. Hay pacientes que tienen síntomas más leves que pueden ser controlados con tratamientos farmacológicos, aunque al ser una enfermedad que se manifiesta en brotes de duración e intensidad variables tiene repercusión en el discurrir de la vida, ya sea laboral o estudiantil.
Las causas que generan la enfermedad inflamatoria intestinal se desconocen, aparece en personas con predisposición genéticas tras sufrir una reacción inmunológica exagerada, frente a un infección, estrés u otros factores desencadenantes.
No hay cura para este mal, pero sí tratamientos que mitigan el malestar y ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes.